Quien piense que en invierno la actividad del pajareo sufre un patrón se equivoca, y así, desde Mirua hemos atendido a algunos clientes que han venido a Navarra con la intención de observar aves en un entorno privilegiado.
Algunos de ellos fueron Nicholas, Dolors, Domingo y Manel, que vinieron desde Inglaterra y Catalunya a finales del pasado enero. En el par de días que estuvieron por nuestras tierras recorrimos varios lugares indicados para hallar algunas de las aves que buscaban.
Su objetivo más deseado era el pico dorsiblanco, pícido que en la Península Ibérica sólo habita en el Pirineo Occidental y en muy escaso número. Para dar con él hay que conocer bien los lugares que frecuentan, dónde establecen sus territorios y también sus costumbres, de lo contrario se torna una misión casi imposible. Después de muchos años observando y trabajando con esta especie sabíamos bien a dónde debíamos dirigirnos, a pesar de encontrarnos en un momento del año poco propicio para encontrarlo y de reinar un tiempo desapacible.
Hay que decir que en nuestras búsquedas nunca utilizamos reclamos para atraer a estas aves, pues es un método que, además de no estar permitido, puede ocasionar graves trastornos a estos pájaros carpinteros. Esto, que aparentemente reduce las posibilidades de observar a los picos, no es un handicap, y de hecho la mayor parte de las veces acabamos dando con ellos.
- "A veces tardamos un par de horas o más en encontrarlos y otras veces apenas 10 minutos", les comenté al comenzar nuestro paseo por un hayedo pirenaico. Todos rieron al oír la última parte de la frase, que yo entoné con un tono como de broma.
Sin embargo parece que esta vez el pájaro carpintero nos oyó, pues a los 10 minutos de estar caminando relajadamente escuchamos unos ligeros golpes sobre la madera de un árbol. Y allí estaba: un macho que se alimentaba en la parte superior de un tronco, ya en avanzado estado de descomposición. ¡Menuda suerte! ¿O no? Sabíamos dónde y cómo buscar.
Pudimos disfrutar de la visión de este pico dorsiblanco ¡durante más de media hora! Durante todo ese tiempo estuvo alimentándose tranquilamente ajeno a nuestra presencia. Aún vimos un poco más allá una hembra de la misma especie y hasta un pico mediano, otro pícido muy escaso en la Península.
El macho de pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos lilfordi) posando para nosotros mientras se alimentaba tranquilamente. / Male White-backed Woodpecker (Dendrocopos leucotos lilfordi) while feeding. |
Cumplido el principal objetivo abandonamos los bosques para dirigirnos a las Foces de Arbaiun y Lumbier, hogar de buitres y otras rapaces, que puntualmente se dejaron ver a placer. Pero aquí buscábamos otra pequeña joya que desciende de los Pirineos durante el invierno: el treparriscos. Esta vez llevó más de 10 minutos, pero después de ver chovas piquirrojas, aviones roqueros, gorriones chillones, escribanos soteños, milanos reales y hasta un halcón peregrino, dimos con el esperado treparriscos redondeando así el día.
Al día siguiente optamos por cambiar completamente de escenario viajando al sur en busca de aves esteparias. Ya con mucho mejor tiempo que ayer las perspectivas eran halagüeñas y nos encontramos el templado invierno que hemos vivido (¿sufrido?) favorece que encontremos ya cantando a algunas calandrias y alondras ricotíes. Ésta última es una especie esteparia gravemente amenazada que conserva muy pocos reductos en los que pervive, siendo el sur de Navarra uno de esos puntos. Con un poco de paciencia, pues a pesar de vivir en un páramo resulta un ave complicada de ver, pudimos tener buenas vistas de varias de estas aves. Además encontramos un buen grupo de terreras marismeñas, águilas reales y alcaudones reales.
Como puede apreciarse un par de días que dieron mucho de sí.
Estepas con el Moncayo nevado de decorado. / Steppes with a snowy Monacyo Mountain as background. |
La esquiva y escasa alondra ricotí dejándose ver durante unos instantes. / The scarce and 'hard-to-spot' Dupont's Lark showing itself briefly. |
Winter is also a very good season for visiting Navarra, and so did Nicholas, Dolors, Domingo and Manel for two days in late January. They came from England and Catalonia with one target bird: the White-backed Woodpecker. Only a few of them survive in the Western Pyrenees and nowhere else in Iberia can be found.
We were lucky and saw two of them: a male feeding during half an hour and a female. The sights were just superb! And also a Middle-spotted Woodpecker appeared in the same spot, so we were really lucky with the woodpeckers that day.
With our mission accomplished we went to the Arbaiun and Lumbier gorges, were we found another great bird: a Wallcreeper. Other bids here were Red Kites, Red-billed Choughs, Blue Rock Thrush, Crag Martins, Rock Sparrows and Peregrine Falcon. So it turned in a really great birding day.
In the next day we changed completely the scenery and we went southwards to the steppes. This was also an excellent days because we managed to find several Dupont's Larks, Lesser Short-toed Larks, Golden Eagles and Southern Grey Shrikes, among others.